viernes, 8 de mayo de 2020

LA MUJER QUE COMPRENDIÓ QUE ERA LIBRE


    Aquella mujer normal siempre estaba ocupada en su trabajo, en las relaciones con los demás, en su mañana. Aquel verano se marchó sola de vacaciones y se dedicó a dar paseos en soledad. Una mañana mientras paseaba se sintió serena y alegre en medio de aquel lugar donde no se veía a nadie, y comprendió que era libre. 

   Cuando volvió a su vida cotidiana siguió sintiéndose libre.

  Comprendió y aceptó que tenía que trabajar para ganarse la vida. 

 Comprendió que la sociedad tenía unas normas, y aceptó que no podía cambiarlas. 

 Comprendió que la gente con la que se relacionaba era como era y aceptó que no podía cambiar a nadie. 

  Notó que no esperaba nada de nadie, que se bastaba con lo que cada cual le daba libre y gustosamente. 

  Notó que no esperaba nada el mañana, que le bastaba con su vida diaria y cotidiana. 

 Notó las causas más profundas de su visióno de la libertad. 

   ¿Cuáles eran esas causas?

 No se las dijo a nadie, comprendió que cada cual tenía sus propias razones para creer lo que creía y para vivir como vivía, y que esas razones les impedirían comprender lo que ella había descubierto en sí misma. Y no quiso ser una incomprendida, y no quiso ser despreciada, y no quiso ser odiada ni envidiada, se dio por satisfecha siendo libre. Y pensó que cad cual sólo podía ser libre si descubría en sí mismo y por sí mismo los secretos de la libertad. 

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