viernes, 15 de mayo de 2020

LA REALIDAD Y LA VERDAD



   En nuestra sociedad, basada en la no aceptación de las leyes naturales que rigen el Universo y la Naturaleza, y donde el conocimiento tiene como objetivo imponer el dominio sobre el fluir natural de las cosas, resulta paradójico que se hable de buscar la verdad. Y lo más paradójico de todo, es que nuestra sociedad no sea consciente de esta paradoja en la que vive. 

 ¿Qué verdad se puede hallar con esta visión de las cosas?

  La única realidad que puede conocer una sociedad y unos individuos que buscan el dominio sobre el curso natural de las cosas, es aquella que se centra en sus necesidades de supervivencia. Así por ejemplo podemos conocer qué situaciones, que objetos, que seres vivos, son peligrosos para nosotros y cuales no, o cuales nos benefician.

    Podemos conocer qué es lo que nos sirve de alimento y qué es lo que nos resulta tóxico. Podemos conocer como conseguir el alimento y podemos conocer que es lo que beneficia y que es lo que perjudica a nuestra salud. Podemos conocer los mecanismos para la reproducción de la especie.

  Podemos conocer los mecanismos que nos evitan dolor y que nos consigue placer. La mayoría de la gente cree que si a esto le unimos una convivencia pacífica y amorosa, ya es suficiente. Pero resulta que en la práctica no es suficiente, pues sigue estando presente la realidad del curso natural de las cosas, una realidad que al no se respetada no deja de producir prolemas y dolor al Ser Humano. 

  Además, entre nuestros conocimientos de nuestras necesidades de supervivencia, las cuales son naturales, y el comportamiento de la sociedad y del individuo se produce una fuerte contradicción: Lo que más le importa a nuestra sociedad no es la la supervivencia de la especie humana, a veces ni siquiera al individuo le importa su propia supervivencia, sino que lo que más le importa es conseguir lo deseado, incluso cuando conseguir lo deseado pone en serio peligro la supervivencia de la especie o la supervivencia del propio individuo.  En suma, lo que más importa es conseguir esos deseos que se según se cree posibilitan lo más importante:
                    la FELICIDAD.

 Una felicidad, unos deseos de placer, cuya búsqueda es además la causa de todo el dolor que los humanos nos causamos los unos a los otros. 

  ¿Qué verdad podemos encontrar con esta actitud?

  Así, la búsqueda de la verdad sólo puede consistir en conocer aquello que consideramos que es la realidad, o mejor dicho, en conocer aquello que a la sociedad o a los individuos les gusta y les conviene que sea la realidad. 

   En una sociedad basada en la creencias de que lo más importante es conseguir lo deseado, muchos de los métodos utilizados para conseguirlo producen destrucción, así como daños y dolor a nuestros semejantes, y así, para evitar o reducir esa destrucción, esos daños y ese dolor, se recurrió a lo único a lo que podía recurrirse: al artificio de las normas morales y de las leyes basadas en esas normas morales, digo artificio porque el Universo y la Naturaleza no son morales, y sin embargo el Hombre es Universo y es Naturaleza.

  Y ahora se busca también la verdad para saber quien y como ha incumplido esas normas morales y esas leyes, y así llamamos VERDAD y bondad, y amor, y compasión, al respeto por esas normas, y llamamos mentira al no respeto por ellas. Y seguimos sin ver la paradoja pues sólo estamos interesados en el cumplimiento o en el no cumplimiento de unas normas que son un artificio creado por los intereses de los poderosos y por unas necesidades general de convivencia pacífica que tiene la socidad.

 Las hormigas también viven en sociedad, pero se dotan de comportamientos naturales para su convivencia y para su supervivencia.




   DISTORSIONES DE LA REALIDAD Y DE LA VERDAD

  La raíz de todas las distorsiones comienza cuando en vez de buscar la armonía con lo natural se busca el dominio sobre ello. La distorsión aumenta cuando el Hombre pasa de la supervivencia hacia la búsqueda de la FELICIDAD a través de conseguir lo deseado. Una FELICIDAD que se ha buscado en lugares y mediios muy diferentes: La salvación, el poder, la riqueza, la salud, el amor dado y recibido, los placeres de todo tipo, la libertad, los derechos, la justicia. Pero siempre se ha tenido la creencias de que lo más importante era conseguir lo deseado. Por otra parte, los valores tales como el amor, la compasión, la bondad, la moralidad, la libertad, los derechos y la justicia, ya se encuentran de forma natural en el Hombre cuando a éste sólo le importa la supervivencia. 

  De esta manera, sean cuales sean las verdades que puedan conteoner y descubrir la magias, las religiones, las filosofía, o las ciencias, todas esas verdades quedan distorsionadas, o falseadas, por el hecho de utilizarlas para el dominio de lo natural en vez para buscar la armonía con las leyes del Universo y de la Naturaleza. Así, como el Hombre no quiere, y casi siempre no sabe, vivir de otra manera que no sea intentando dominar a lo natural, el Hombre ha creado una enorme cantidad de creencias, de "realidades" de "verdades" alternativas, y a todo eso lo llama cultura, civilización, humanismo, arte, valores morales y religiosos, e incluso lo llama espiritualidad, y también lo llama "logros", "progresos", "mejoras", "bien común", "libertades" y "derechos".

  No sabemos en qué consiste la verdadera realidad ni la verdad, pero estamos en condiciones de saber no es posible hallarla, y también estamos en condiciones de saber que sólo nos será posible hallarla cuando nos liberemos de las creencias surgidas del hecho de considerar que conseguir lo deseado es lo más importante. 

  "Solo sé que no sé nada", decía Sócrates, pues bien, eso significa que al menos conocía algo. Pues bien a partir de ese algo que sí que conocemos, busquemos la realidad y la verdad. 

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