viernes, 29 de mayo de 2020

CREACIÓN Y DESTRUCCIÓN


  Creamos parques y jardines y destruimos el medio ambiente para conseguir RIQUEZA.

Queremos estar sanos y conseguimos grandes avances en medicina, pero y con nuestra forma de vivir facilitamos la difusión de muchas enfermedades y creamos otras.


   Nuestra sociedad es el resultado de los niveles mayoritarios de conciencia de los ciudadanos, y así, como reflejo de esos niveles, nuestra sociedad se basa en lo siguiente: 

  1º) Lo más importante es conseguir la FELICIDAD, o al menos el placer y el bienestar.

 2º) La FELICIDAD, el placer y el bienestar se obtienen cuando se se consigue lo que se desea. En nuestra sociedad los deseos principales son de RIQUEZA, es decir, de bienes materiales y de placeres sensuales. 

 3º) Frente a los daños y al dolor producidos por muchos de los medios utilizados  para conseguir lo deseado, nuestra sociedad ha puesto como freno, como cauce, como remedio, la moralidad, la compasión, los sentimientos amorosos, y como esto no resulta suficiente ha puesto también las layes. 

  Esta visión, este paradigma, ha dado lugar una dinámica de creación y de destrucción. 

  *El deseo de RIQUEZA hace que se produzca toda la riqueza que es posile, pero conseguirla produce destrucción medioambiental, la cual es cada vez mayor. 

 *El deseo de RIQUEZA está produciendo la mayor riqueza posible, pero la riqueza que consigue cada individuo, a la mayoría no le resulta suficiente, y estos produce conflictos, y los conflictos producen destrucción de RIQUEZA o bien limitan la capacidad de producirla. 

*Cuando el deseo de RIQUEZA alcanza cierta intensidad, la moralidad, la compasión, el amor y las leyes, frecuentemente son vencidas, y entonces asistimos a los comportamientos destructivos producidos por las diversas variantes del odio. 

 *El amor por nuestros seres queridos, o por nuestro grupo social, muchas veces nos lleva a buscar RIQUEZA para ellos, con lo cual contribuimos a crear destrucción, tanto para el conjunto de la sociedad, como para ellos mismos en tanto que miembros de la sociedad. Es decir, busamos el Cielo para ellos, pero alimentamos las llamas del Infierno. 

 *El deseo de RIQUEZA lleva a la rivalidad, a la lucha, pues la  sociedad no tiene capacidad para satisfacer los deseos de todos, y toda lucha produce vencedores y vencidos. Los vencedores se quedan con la mayoría de la RIQUEZA, lo que trae como consecuencia la pobreza para los vencidos. Los vencedores se quedan con el poder, lo que como consecuencia reduce las libertades de los vencidos. 

   Así, el individuo tiene ante sí dos opciones: Seguir jugando a este juego, o bien escapar de él a base de reducir sus deseos de RIQUEZA. 

   Pero la mayoría de la gente no está dispuesta a renunciar a sus deseos y además pretende conseguirlos sin pagar ningún precio en dolor por ellos, y cuando siente dolor, culpa de ese dolor a las actitudes inmorales, o carentes de compasión y de amor de los demás, les culpa de goístas, de corruptos, de delincuentes. De esta manera la reflexión no se centra enla verdadera causa del problema. 

   ¿Qué fuerzas están venciendo, las creativas o la destructivas?

  Que la especie humana sobreviva, y que la mayoría viva más años, y con más salud y comodidades que en el pasado, parece decirnos que están venciendo las fuerzas creativas. Sin  embargo, si miramos a los conflictos, a la destrucción y al sufrimiento que vemos en el mundo, esa opinión queda muy cuestionada, y así, para muchos individuos y para muchos países, las fuerzas destructivas están venciendo. 

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