Receptivas, aladas y activas,
silenciosas,
la conciencia y la mariposa.
La que con más claridad percibe la realidad
de fuera y la de dentro,
es la serenidad del silencio.
Percibir nos comueve, nos despierta energías,
y nos produce intuciones,
pensamientos, sentimientos...
Para ser conscientes de todo ello,
confíemos
en la serenidad del silencio.
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