Sólo unos pocos sabios han aceptado y armonizado con el flujo natural del Universo. Sólo una minoría orienta su vida hacia su aceptación. La gran mayoría no lo acepta, y con su rechazo ha creado a las sociedades, a las culturas, a las civilizaciones.
Quien orienta su vida hacia la aceptacióno del flujo natural, camina por su propia senda. A veces consigue armonías parciales, y así, poco a poco, se va acercando a la armonía completa.
Quien no acepta el flujo flujo natural, a veces se rebela, a veces se crea esperanza, a veces se evade, a veces soporta, a veces se resigna. Y de ésta manera se han ido creando miles de artificios, pero por más que lo han intentado y que lo intenta, ninguno PUEDE DARLE todo lo que de ellos espera.
Cuando las relaciones humanas no se basan en la afinidad, en ellas se produce algún grado de poder, de dependenci, de rivalidad. Éstos tres aspectos dificultan el desarrollo humano y con frecuencia crean conflictos. En una sociedad donde lo más importante es conseguir lo deseado, y donde hay tanta variedad de deseos y de creencias, las afinidades escasean.
En ésta situación general, cada individuo se halla ante su propia situación y ante su propia senda, contando con sus comprensiones, con sus intuiciones, y con la conciencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario