Bajo la luna, bajo el sol,
los caracoles duermen.
La lluvia que a toda vida nutre,
es su despertador.
********************************
Con paciencia, acoplados a su interior,
los caracoles esperan a que el momento les llegue,
y les traiga las condiciones para nutrise,
para amarse, y para mostrarse:
Humildes, calmados, tal y como son.
Pocos son los que aprenden de los caracoles,
y así, sus esperas son agitadas
y mirando hacia fuera,
y su interior es más veces cansancio y defensa,
que puerta abierta a las naturales condiciones.
A lo profundo
y a lo sabio,
les falta la base,
sin lo sencillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario