Dentro y fuera.
Quietud y movimiento.
Claro y oscuro.
Éxito y fracaso.
Abundancia y escasez.
Contradicción y artificio.
Inseparables y fieles parejas, cada compañero creando, sosteniendo y nutriendo al otro. Y todos ellos formando un todo dinámico, donde se enlazan y se alimentan las causas, los efectos y las consecuencias.
Pero el Hombre, deseando y rechazando, admirando y despreciando, siempre está pretendiendo establecer jerarquías, siempre enfrentándolas en luchas interminables, donde el único derrotado es el propio Hombre.
Derrotas con las que pierde la energía, la paz y el equilibrio interior, la posibilidad de comprender, de aceptar, de liberarse, de armonizar.
El dolor y el placer pueden tener de compañeros:
*A la inteligencia, a la fuerza, a la lucha, al poder.
*O a la sencillez, a la serenidad, a la libertad, y a la sabiduría.
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