Podemos conocer más o menos la realidad.
Podemos comprender más o menos la realidad.
Podemos interpretar la realidad con más o menos fidelidad.
Cuando nuestros sentidos perciben algo, de manera casi intantánea, nuestro cerebro hace una interpretacion e inmediatamente después damos una respuesta. Estamos ante un mecanismo automático de supervivencia.
Cuando nuestra supervivencia no necesita respuestas tan rápidas, y cuando se trata de los demás aspectos de nuestra vida, los factores que intervienen, con mayor o menor peso, a la hora de interpretar la realidad son los siguientes:
Nuestros deseos, miedos, creencias, estados de ánimo, el equilibrio de nuestra mente, y los grados de agitación y de serenidad, de tal manera que, cuanto más débiles son nuestros deseos, miedos y creencias, y cuanto menos intensos son nuestros estados de ánimo, y mayor es el equilibrio de nuestra mente, mayor es la serenidad, y de ésta manera, mayor es la fidelidad de la interpretación.
Nuestro ego no tiene en cuenta éstos factores, sino que cree que la interpretación siempre responde a la realidad, nuestro ego es aquel que dice: "¡Lo he visto con mis propios ojos!"
Para compensar los errores de nuestro ego, tenemos a nuestro nivel de conciencia, a nuestra libertad y a nuestra sabiduría.
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