Idealizado: El pasado, el futuro, lo lejano.
Rechazado: El presente, lo cercano.
Idealizado: El poder. La riqueza. El placer.
Rechazado: Las limitaciones. La pobreza. El dolor
Idealizado: La paz y sus flores.
Rechazado: El conflicto y sus espinas. Pero sin conflictos el idealista no sabe producir cambios.
Idealizado: La belleza y sus placenteras emociones.
Rechazado: La fealdad y sus razones útiles.
Idealizado: Lo sobrenatural. Los héroes.
Rechazado: Lo natural y la humildad.
Idealizado: La libertad. La igualdad. La fraternidad.
Rechazado: Las consecuencias dolorosas de las luchas por conseguirlas.
Idealizado: Las personas a las que amamos. Las personas que nos aman.
Rechazado: Las personas que tienen deseos y creencias diferentes.
Idealizado: El pueblo en todos sus conceptos. La nación y su cultura.
Rechazado:Los que son diferentes. Los que nos resultan lejanos o extraños.
Idealizado: Las creencias. La inteligencia.
Rechazado: La realidad. La sabiduría.
Idealizado: Unos idealizan lo emocional, otros lo racional.
Rechazado: Cada uno rechaza al otro, y ambos quedan tuertos y cojos.
Idealizado: Unos idealizan lo conservador, otros lo inovador.
Rechazado: Cada uno rechaza al otro, pero ambos se alternan sin que el otro pueda impedirlo.
¿Somos conscientes de qué es lo que nos lleva a idealizar estos aspectos? Entender lo que nos lleva a idealizar estos aspectos es entender cual es nuestro nivel de conciencia.
También están los que defienden que muchos de los aspectos idealizados y rechazados son compatibles, y realmente, naturalmente, lo son: Pero SOLAMENTE cuando nos liberemos de nuestra visión dualista, siempre y cuando nos liberemos de nuestras creencias, de nuestros deseos de que las cosas sean como a nosotros nos gusta que sean.
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