El niño conoce poco de la realidad y comprende poco de lo que ve, lo cual le lleva a sus pensamientos y sus emociones estén dominados por visiones mágicas, por visiones fantásticas, por ilusiones.
El joven conoce y comprende más aspectos de la realidad, pero tiene una fuerte tendencia a la idealización, a intentar que el mundo sea un lugar en el que se cumplan sus ideales.
La gran mayoría de los seres humanos no aceptan el natural fluir de las cosas, es decir, la realidad del Universo, de la Naturaleza y de sí mismos, y eso les lleva a que sus pensamientos y sus emociones estén dominados por las creencias, por la ilusiones esperanzadas.
El niño, el joven y todos los que viven sin conocer, sin comprender o sin aceptar la realidad, tienen una fuerte tendencia a vivir en sus mundos de magia, de fantasía, de ideales bellos, de ilusiones y creencias esperanzadas, y tienen fuertes resistencias a abandonarlos frente a la presencia tozuda de la realidad. Pero poco a poco se les van presentando situaciones de choques dolorosos con la realidad, ya sean choques con la realidad del Universo y de la Naturaleza, ya sean choqoues con lo socialmente dominante, o choques con la propia realidad de sí mismos.
A medida que los choques se repiten o son más dolorosos queda patente que hay que ir abandonando esos viejos mundos, y ante esa situación se presentan tres grandes opciones:
1ª)Buscar nuevas creencias, nuevas ilusiones esperanzadas y hacer de ellas un substitutivo eficaz de las viejas, es decir, algo que derrote al dolor y consiga los placeres deseados.
2ª) La exploración en las profundidades del Universo, de la Naturaleza y de la conciencia en busca de la realidad, en busca de esa sabiduría capaz de liberarnos del dolor y del placer y de hacer que vivamos en armonía con lo conocido y con lo comprendido.
3ª) Los diferentes escepticismos. Cuando el individuo no opta por ninguna de las dos opciones anteriores, ante él sólo quedan los escepticismos, pero estos se caracterizan por ser estériles, y sobre todo, por una fuerte necesidad de placeres continuos e inmediatos, pes la falta de creencias e ilusiones esperanzadas, la falta de profundidad y la esterilidad, hacen que frente al dolor sólo les quede la opción de esos placeres.
Aquí tenemos el mapa y los diferentes horizontes y caminos. Que cada cual saque sus propias conclusiones y opte por sus propios horizontes y caminos. Sea cual sea la decisión que tome, encontrará siempre luz y oscuridad, sabiduría y confusión, y tendrá que saber distinguir entre ellas, y tendrá que saber caminar entre ellas.
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