No conocemos ni podemos conocer el Misterio de la causa primera del Universo, o si hubo una causa primera, o si habrá o no habrá un final. Sin embargo, podemos saber y sabemos lo siguiente:
*Que en el Universo rotan y danzan, el Sol, la Luna y la Tierra, y sobre nuestro planeta se mueven, agitados con fuerza, los vientos, las olas, las tormentan, y tras hacerlo, siempre se serenan.
*Que los mares se ensanchan y se estrechan, suben y bajan, se salan y se evaporan. Los desiertos se calientan y se hielan. Crecen y se contraen las sabanas y las selvas.
*Que en el interior de la Tierra hierven los metales, los gases y las piedras, y rompen la corteza, y sus fragmentos se rechazan o se aprietan, y se separan y se unen los continentes, nacen las llanuras, los ríos y sus cauces, los valles y las cordilleras.
*Que la vida, tras haber nacido es impulsada por la necesidad de la supervivencia y los individuos y las especies, resisten, viven, mueren, desaparecen o prosperan.
*Que la conciencia se nos manifiesta en todas naturales y universales fuerzas, pero en nosotros lo hace envuelta de miedos, de ilusiones, de deseos y de creencias.
Sabemos todo esto, pero ¿sabemos como se relacionan entre ellas todas estas fuerzas? Conocemoso más o menos, pero sea lo que sea aquello que conozcamos, casi nunca somos consicentes del alcance real de lo que conocemos.
Ante esto, las actitudes sabias y liberadoras consiste en:
¡Seguir el camino que nos lleve a conocerlas, a comprenderlas y a armonizar con ellas!
Y no darle vueltas al Misterio, que las vueltas ya las da nuestra Madre la Tierra danzando en el cósmico Océano de estrellas:
¡Polvo consciente somos de todas ellas, esa es nuestra esencia!
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