jueves, 22 de octubre de 2020

LA DINÁMCA DE LA CONFUSIÓN

 


      Estamos viviendo la que es seguramente la época de mayor confusión en la historia de la Humanidad. No se se trata de que estemos ante dos o tres caminos a seguir, es que estamos confusos porque nos encontramos ante una maraña de caminos, de creencias y de teorías. Esta confusión se debe a una mezcla de los siguientes aspectos: 


 *En la actualidad, las personas conocen, o pueden conocer, todas las creencias más importantes de todo tipo que la Humanidad ha ido creando a lo largo de los siglos, creencias muy variadas y además contradictorias entre ellas. Por otro lado, estas creencias tienen todas ellas seguidores, los cuales conviven en un mismo territorio, en cualquier ciudad. 


*Un fuerte fraccionamiento de la sociedad en grupos basados en intereses económicos y políticos diversos y contrarios. Este fraccionamiento se agudiza ante el hecho de que no existen alternativas viables al actual modelo de sociedad, de tal manera que nadie lucha por el bien común, sino que las luchas son de todos contra todos y cada uno mirando sólo por sus propios intereses particualres.


*Ante cualquier suceso actual, ante cualquier problema actual, ante cualquier fenómeno actual, ante cualquir posible solución o alternativa, surgen infinidad de creencias y de teorías, generalmente contradictorias entre ellas. 


 *Estamos viviendo un auge creciente de las visiones mágicas y de lo emocional frente a lo racional, lo cual está en decadencia. Ante las insuficiencias de lo racional, un número creciente de personas están buscando la manera de acabar con sus frustraciones sólo mediante lo mágico y lo emocional, y esto se traduce muchísimas veces en diferentes visiones y actitudes paranoicas, como por ejemplo el auge de lo conspiranoico. 


 Esta mezcla de aspectos produce la gran confusión actual, de tal manera que cualquier cosa cierta o sensata que diga alguien, es vista como una creencias o teoría  más de las muchas que existen, es decir, como algo que resulta prácticamente imposible de distinguir entre toda la enorme variedad de creencias y teorías falsas. No existen personas con autoridad, ni moral ni de sabiduría, aceptadas por el conjunto de la sociedad, la única autoridad que existe es la que tiene cualquier líder o cualquier creador o defensor de teorías, autoridad que sólo tiene ante sus seguidores o simpatizantes. 


   En esta situación, como refugio frente a la locura, y como espacio para la sensatez y para la sabiduría, al Hombre actual sólo le queda su propia conciencia, la sencillez y la serenidad.  




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