lunes, 8 de octubre de 2018
LO MEJOR Y LO IMPERFECTO
Entre el deseo de poseer la libertad y la agilidad perfecta de la ardilla y la "imperfección" de nuestras carencias y miedos, ahí nos movemos.
La llamaban Buena, no porque fuera moralmente perfecta, ni porque su vida estuviera centrada en ayudar a los demás, y además, tampoco pretendía ninguna de esas dos cosas. La llamaban Buena porque siempre estaba intentando hacer lo mejor en cada situación, y además, siempre daba los mejores consejos a quienes querían escucharla.
Caminante le hizo algunas objeciones a esa actitud, siendo la principal de ellas el que no era posible saber que era lo mejor, y además le dijo que lo mejor para unos era lo peor para otros, y que lo mejor para unas cosas era lo peor para otras. Pero Buena le respondió:
-Verás so plenamente consciente de estas objeciones, así como de otras muchas cosas. ¿Qué es lo mejor?, ¿Qué es lo peor?. No lo sabemos, pero no podemos pasarnos la vida dudando. Cuando se presenta una situación hay que tomar una decisión, yo intento que esa decisión sea la mejor, es decir, la más armónica, y cuando me piden un consejo intento darles el que creo que es el mejor. Aunque podamos equivocarnos, la duda permanente es paralizante, estéril, o de un escepticismo impotente o resignado.
Caminante no había tenido en cuenta estos aspectos, y entendió que eran algo sobre lo que tenía reflexionar a fondo, y por eso se limitó a decir:
-Dices que eres consciente de otras muchas cosas. ¿Dame algún ejemplo?
-Te daré un ejemplo de algo que he comprendido hace poco. Se trata de una especie de paradoja, pues podríamos llamarla la perfección de la imperfección. Imagínate que cada vez que ves o comprendes algo que crees que es lo mejor te empeñases siempre en actuar en total consonancia con ello. Imagínate que todos los consejos que te dieran fueran siempre los mejores consejos posibles y que tu te empeñases en seguirlos en todas las situaciones. -Respondió Buena.
Caminante guardó silencio durante unos minutos y respondió:
-Que no sería libre interiormente, que sería un esclavo de mis consejeros, que estaría siempre tenso y reprimiéndome, que estaría siempre lleno de sentimientos de culpabilidad por no ser capaz de hacer lo mejor. Creo que nadie es capaz de vivir continuamente conforme a aquello que cree que es lo mejor, los verdadero, lo ideal.
-Exactamente. Nuestra mente y nuestra conciencia moral entienden que hay cosas que nos parecen ideales, las mejores. Las entiende nuestra mente y nuestra conciencia moral, pero muchas veces no las entiende plenamente nuestra conciencia profunda, y por eso no podemos hacerlas, y por eso, hacer cosas que nos parecen imperfectas es lo mejor, es lo perfecto, pues evitamos convertir nuestra vida en eso que tu has imaginado que sería tu vida intentando hacer siempre lo mejor. No soy ni pretendo ser perfecta, sólo busco la sabiduría. -Concluyó Buena.
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