domingo, 7 de octubre de 2018

ALTERNANCIAS, OLEADAS


   Lo primaveral y lo otoñal se alternan, vienen a oleadas, y lo mismo sucede con cualquier otro aspecto de la vida.


   Caminante se había encontrado con Sereno, un hombre de aspecto maduro y profundo, que siempre decía que lo de llamarse Sereno no era por él lo fuera, sino porque eso es lo que le gustaría ser. 

  -Me gustaría estar siempre sereno, pues la agitación me resulta dolorosa y la excitación me impide comprender las cosas, y tanto la agitación como la excitación me roban libertad. En cambio cuando estoy sereno siento bienestar, libertad y plenitud. -Dijo Sereno. 

  -Yo creo que serenidad y agitación, pena y alegría, y cualquier estado de ánimo y su contrario, se alternan, y la gran mayoría de las veces no sabemos por qué, y no lo sabemos porque las causas son muchas y porque la mayoría de las veces o las confundimos o no tenemos la suficiente capacidad para verlas. -Dijo Caminante. 

  -Estaría muy bien que lo supiéramos, así podríamos controlar nuestros estados de ánimo y acabar con nuestras agitaciones y excitaciones. -Dijo Sereno. 

  -Yo no tengo claro esto que dices porque se trataría de ejercer un control sobre el fluir natural de la vida, y por lo tanto sería un impedimento para que las cosas fluyan natural y libremente, y ejercer control sobre algo es atarse a ello, es perder libertad y además perder la posibilidad de alcanzar la sabiduría necesaria para entender como son y como funcionan realmente las cosas. -Replicó Caminante. 

  Pero si controlamos nuestros estados de ánimo estamos serenos y sólo así podremos comprender en toda su profundidad y totalidad. -Argumentó Sereno. 

  -Verás, en mis momentos de serenidad yo también noto que es cuando más ahondo, cuando más comprendo, cuando más bienestar y plenitud siento. En cuanto a mis momentos de agitación y de excitación, aunque también siento dolor emocional y falta de libertad, veo en ellos una energía para hacer lo que necesito hacer en todo lo relacionado con el hecho de vivir y de cubrir mis necesidades materiales, para seguir caminando, y sobre todo una energía que me impulsa a alejarme de lo desarmónico y a buscar respuestas y caminos. -Dijo Caminante. 

  -No había pensado yo en eso de la energía. -Dijo Sereno. 

  -La serenidad y la agitación son oleadas de la vida, oleadas del ritmo del Tao. Creo que la verdadera serenidad no es derrotar a la agitación y a la excitación. A mi las hojas de los árboles me parecen muy serenas, tanto cuando no sopla el viento y permanecen quietas, como cuando se mueven al ritmo del viento. La serenidad no puede ser permanecer siempre quieto, la verdadera serenidad es flexible, ágil, una danzarina en armonía con el ritmo de la vida, y ese ritmo está compuesto de alternancias, oleadas y ciclos. -Dijo Caminante. 

  -¿Y qué cosas concretas haces para alcanzar esa serenidad? -Preguntó Sereno. 

  -Si hiciera cosas concretas eso no sería serenidad, sino que me crearía una tensión y me ataría a ellas perdiendo así mi libertad interior. Por eso, me dedico solamente a caminar y a buscar la comprensión sobre lo que mi camino me va mostrando. Para mi la comprensión profunda es la causa de mi serenidad y de mi libertad. -Concluyó Caminante. 


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