Caminante y Sofía iban charlando mientras caminaban por un ancho valle y mientras se mantenían receptivos a lo que el paisaje y la Naturaleza le iba deparando. A ambos les resultaba satisfactorias la compañía del otro y disfrutaban del día soleado y cálido.
-Tenemos lo que necesitamos. -Dijo Caminante.
-Sí, pero lo necesario no siempre nos resulta suficiente. -Dijo Sofía.
-Caminante estuvo de acuerdo con Sofía, pues a él su caminar unas veces le resultaba suficiente y otras no, y no tenía muy claro a qué se debía eso, con lo cual, y como si reflexionara en voz alta le preguntó a Sofía:
-¿Por qué no nos resulta suficiente?
-Porque todavía no hemos avanzado lo suficiente en nuestro camino, o si lo prefieres, porque nuestra conciencia todavía no se ha desarrollado lo suficiente. Yo me encuentro con que al hacerle caso a mi conciencia busca la satisfacción en mi camino espiritual y en los regalos de la vida, como este paseo y esta charla por ejemplo, pero eso no siempre me resulta suficiente. Y si reflexiono sobre como conseguir aquello que me resulte suficiente, me encuentro con que fuera de mi camino no encuentro nada, o sólo placeres o satisfacciones fugaces. -Respondió Sofía.
-A mi me pasa lo mismo, y además está la soledad, unas veces la veo como libertad y como imprescindible para mi caminar, y otras me resulta dolorosa pues no me siento lo suficientemente amado. -Dijo Caminante, el cual, tras unos momentos de silencio preguntó:
-¿Qué podemos hacer?
-A mi sólo se me ocurre seguir caminando en pos de nuestros horizontes espirituales, las otras opciones sólo me parecen desiertos estériles, o laberintos sin salida, o bordes de precipicios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario