lunes, 29 de octubre de 2018

ACUERDOS Y PROFUNDIDAD






   Tres días después, Confusa le dijo a Caminante:

  -He meditado mucho sobre tus palabras, y ahora me siento más tranquila, he empezado a intuir algo. Pero hay otra cosa que me gustaría que me explicaras. Verás, he observado, tanto a las personas que siguen un camino espiritual, como a la sociedad en general, veo infinidad de deseos, de creencias, de argumentos, de valores morales, de luchas, de conflictos, de grupos más o menos organizados o cohesionados, y de individuos que luchan solos. Es un verdadero laberinto, pues además no aparece ninguna ideología, ninguna creencia, que pueda unir a estos fragmentos tan heterogéneos o que tenga el suficiente prestigio como para convertirse en una alternativa que pueda ser seguida por una mayoría de la sociedad. 

  -A eso sólo te puedo responder que los acuerdos que ponen fin a los conflictos sólo se alcanzan cuando las partes en lucha perciben que tienen algo que ganar o que pueden perder mucho si no alcanzan un acuerdo. Sin embargo, estos acuerdos son siempre frágiles y duran solamente hasta que cambian un poco las condiciones. Nuestra sociedad es muy variada y vive a un ritmo muy rápido, a veces me parece una colmena caótica, o cuando menos muy compleja, y eso explica que los acuerdos duren tan poco, y que continuamente haya que estar creando nuevas formas de relación social, formas que también duran poco. -Dijo Caminante. 

  -Pero tiene que haber otra manera de conseguir acuerdos sólidos, acuerdos aceptados por todos y que a la vez respeten la libertad de cada uno. -Dijo Confusa. 

  -Verás, existen maneras para alcanzar esos acuerdos de los que tu hablas. Se trata de la comprensión y de la profundidad. Las apariencias son muchas, el fondo es uno solo. Cuando buscamos ver más allá de las formas, de las apariencias, de lo superficial, de lo que nos deslumbra, cuanto más se comprende y se profundiza mayores son los acuerdos, pues como te he dicho, fondo sólo hay uno y por lo tanto no hay lugar para el desacuerdo cuando todos ven ese fondo. Ese fondo es como el de un lago, que sólo se ve cuando sus aguas se aquietan completamente, y sólo se aquietan cuando en vez de centrarnos en conseguir lo que deseamos nos centramos en ser libres y en buscar la sabiduría. 
 -Dijo Caminante. 

 -No sé si saldré de mi confusión, pero ya tengo un punto de partida para empezar a aclararme. -Dijo Confusa en tono receptivo.  

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