Deseos. Luchas. Resultados. Precios. Errores. Estrategias. Soluciones. Cultivar. Compartir. La flor. El fruto. Proyectos e ideales. Cambios. Decepciones. Caminar. Camino. Comprensión. Sueños. Despertar. Regresar.
Todos ellos, y muchos más, forman los aspectos temporales.
Como base indisoluble y perenne de los aspectos temporales tenemos a los aspectos intemporales formados por: El Tao y su Amor. La materia, la energía y la esencia. La vida y el impulso vital. La búsqueda de la armonía. La conciencia.
Los aspectos temporales están enlazados, cada uno con el anterior y con el siguiente, por una sucesión de causas y de consecuencias, formando un flujo cíclico que en cada ser humano, tras nacer, empieza con los impulsos que dan lugar a sus deseos, y concluye con el tiempo de regreso, despierto o dormido, al origen.
Las causas nos resultan un misterio o las vemos muy complejas.
Las consecuencias nos resultan imprevisibles, inciertas.
Entre cada causa y sus consencuencias,
¿Qué es lo que se encuentra?
Y siempre la duda necesaria de saber si nuestra respuesta puede ser cierta o ser sólo una creencia.
Todo requiere semillas, receptividad, fertilidad, tiempo para su ciclo, tomar conciencia.