Las flores y las mariposas se han convertido en un tópico de la belleza, y eso hace que no las veamos como a maestras.
con su función bajo el Sol y sobre la Tierra,
compartiendo los recibidos dones,
sin que nadie se lo imponga,
creando sólo ellas las normas.
En la relaciones humanas,
al igual que en las relaciones
entre las mariposas y las plantas,
cuando rige la fidelidad a las esencias,
todo ocupa su lugar sin conflictos ni carencias.
Todos los proyectos de paz para las relaciones humanas han fracasado porque nunca se han basado en cultivar las verdaderas esencias del Hombre, sino que cada proyecto siempre ha sido una creencia moralista o religiosa, un artificio desarmónico con el fluir natural del Universo, un dogma particular de aquellas personas que han impulsado el preoyecto y que siempre han pretendido imponer sus creencias particulares a toda la Humanidad.
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