Lo que nace y lo que muere
Lo caduco y lo perenne
Lo efímero y lo eterno
Lo mutable y lo inmutable
Los doloroso y lo placentero
Las emociones y los pensamientos
-¿Qué puedes decirnos de esto, Maestro?
-Preguntó una discípula.
-Todo, en su flujo enterno, se transforma continuamente siguiendo las leyes inmutables y eternas, y lo hace sin perder su esencia. La mente a veces sabe y otras veces tiene ilusiones, el ego quiere encauzar y dominar recurriendo a la fuerza y a la inteligencia, pero sólo la conciencia, yendo más allá de la mente y liberándose del ego, lo acepta. -Contestó el Maestro.
-Esto todavía me resulta oscuro y ambiguo, dinos algo más claro y más sencillo. -Pidió la misma discípula.
-Sólo para quien deja que el flujo siga su curso natural las cosas son claras y sencillas. Para los demás son oscuras, ambiguas y complejas, y por ello, también son adversas. Esto es cuanto saben mi mente y mi intuición, y sobre esta base mi conciencia está empezando a aceptar. -Dijo el Maestro y guardó silencio.
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