lunes, 14 de junio de 2021

OBSTÁCULOS PARA LA SABIDURÍA

 


  -¿Cuáles son los obstáculos para que el individuo y la sociedad puedan alcanzar la sabiduría, Maestro?

-Preguntó un discípulo. 


-Lo primero es definir a la sabiduría. Para la mayoría, sabia esa persona que tiene muchos conocimientos sobre algo en concreto o sobre muchas cosas. Sin embargo, en el campo espiritual, sabia es aquella persona que tiene muchos conocimientos de la realidad y además acepta plenamente la realidad que conoce. -Dijo el Maestro, el cual, acto seguido empezó a contestar a la pregunta del discípulo diciendo: 


 -Para alcanzar la sabiduría lo primero que hay que tener en cuenta son nuestras capacidades para el conocimiento. Después hay que ver que deseos y qué creencias determinan el que busquemos unos conocimientos en vez de otros, el que busquemos en unos lugares en vez de en otros, el que usemos unos medios en vez de otros. Además, siempre deberíamos tener ciertas dudas sobre si aquello que creemos que es la realidd lo es realmente, pues podríamos caer en el error o en la ilusión. 


-Continúa, por favor. -Pidió el mismo discípulo. 


 -En segundo  lugar  viene lo que para mí es la parte más difícil: Se trata de la capacidad para aceptar aquello que conozco de la realidad. No sé como aumentar esa capacidad, y tampoco sé como explicaros en qué consiste realmente esa capacidad, sólo sé que depende del nivel de conciencia de cada uno. -Dijo el Maestro. 


 -Supongo que el tercer aspecto es la difusión de la sabiduría entre los demás, entre la sociedad. -Dijo el mismo discípulo. 


  -Efectivamente. Todo descubrimiento de la realidad es algo que resulta nuevo, pero todo individuo tiene sus propias creencias previas y sus propios deseos previos de conseguir unas cosas u otras. Si el individuo que descubre algo nuevo o el individuo al que le llega la noticia de algo que no conocía no le encuentra una utilidad, o no le parece mejor que lo que ya cree y que lo que ya conoce, esa sabiduría no se difundirá. Sólo se difundirá entre quienes le vean ventajas sobre lo viejo. Por otra parte, no se puede convencer a nadie aquello que nosotros consideramos como sabiduría, cada uno se convence debido a sus propias vivencias y a su propio nivel de conciencia, por lo tanto, no hay que frustrarse ni condenar a los demás si no adoptan aquello que nosotros consideramos como sabiduría. Reservemos nuestras energías para intentar aceptar aquello que conocemos de la realidad. -Dijo el Maestro y guardó silencio. 

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