La zarza tiene espinas,
pero su flor no es una rosa.
La avispa también liba,
pero no es una abeja ni una mariposa.
¿Les importará a ellas lo que el Hombre opina?
Son lo que son y así viven su vida.
El Hombre también es lo que es,
pero al completo ni se ve ni se acepta,
y así sólo se orienta por lo que cree.
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