-Dentro del Ser Humano existen muchos factores que animan su vida, una gran variedad de energías, de impulsos, de estímulos, de comprensiones y de ignorancias. De la mayoría de estos aspectos el individuo no es conciente o sólo lo es durante cortos espacios de tiempo. La mayoría de las veces la atención principal la dedicamos al dolor y al placer. Y así, surgen las estrategias y las tácticas para liberarnos del dolor y para conseguir placer, unas estrategias y unas tácticas basadas en las esperanzas de conseguir lo deseado. -Dijo el Maestro, el cual hizo una pausa para que los discípulos fueran tomando conciencia de sus palabras y para que alguno hiciera alguna observación.
-Y pronto se hacen patentes los límites a nuestras esperanzas. -Dijo una discípula.
-Efectivamente, y ante los límites, el individuo se plantea nuevas tácticas y estrategias para conseguir sus esperanzas, y vuelven a aparecer otros límites, y así sucesivamente. -Dijo el Maestro.
-¿Y cuáles son las consecuencias? -Preguntó la misma discípula.
-Las que ves en la sociedad, las que ves en todas las acciones y creencias humanas, las que ves dentro de ti misma. Aquellas que aunque puedes conocer, no basta con conocerlas, es necesario tomar conciencia de ellas, y esto es algo que sólo puede hacer el individuo por sí mismo. Los sabios nos han dejado sus mapas, el Universo y la Naturaleza nos muestran la realidad en la que vivimos y la realidad de nosotros mismos, pero el camino sólo puede caminarlo cada individuo.
-Contestó el Maestro.
-Y esto nos lleva a las dificultades, a las esperanzas, a los límites. También nos lleva a las consecuencias, tanto a las esperadas como a las no deseadas. -Dijo la misma discípula.
-Y también nos lleva a las plenitudes, a las satisfacciones y a las alegrías por cada paso, por cada comprensión, por cada regalo de la vida. También nos lleva a la conciencia y a sus posibilidades de libertad, de sabiduría y de armonía. -Dijo el Maestro y guardó silencio.
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