-¿Maestro, cómo definirías el actual nivel de conciencia de la mayoría de las personas?
-Preguntó un discípulo.
-La mayoría de la gente trabaja, se esfuerza, ama, se sacrifica, lucha, a pesar de sus miedos corre riesgos, usa su inteligencia como su principal capacidad, crea todo tipo de cosas, y sólo cuando estas vías no le producen algún placer o alguna esperanza, sólo entonces busca maneras que le permitan cambair para adaptarse al curso natural de las cosas. -Contestó el Maestro.
-Esto quiere decir que en la actualidad la mayoría de las personas prefiere el poder y el tener a la libertad y a la sabiduría. ¿A qué se debe esta actitud? -Preguntó el mismo discípulo.
-Desconozco las causas de fondo, pero a mi modo de ver, los niveles de conciencia humano están en evolución, y mientras a los ojos del individuo algo en lo que cree no agote todas sus posibilidades, no buscará otras formas de ver la realidad, de ver la vida y de vivirla. Es decir, mientras lo actualmente dominante no agote sus posibilidades de conseguir aquello a lo que el individuo le da más valor no se producirá la tensión necesaria entre la realidad y los deseos para que el individuo eleve su nivel de conciencia. Además, toda evolución requiere su tiempo, y ese tiempo no se puede forzar. Hasta que no se da un paso y éste se consolida, no es posible dar el siguiente y si se intenta dar siempre será un paso en falso. -Contestó el Maestro y guardó silencio.
Y el discípulo pensó en las cosas de las que no se había liberado, en las cosas con las que todavía no armoniza, en sus deseos de liberarse y de armonizar, y entendió que ante sí tenía los pasos que daba cada día, la sencillez, la serenidad y el tiempo.
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