sábado, 17 de febrero de 2018
VICTIMISMO Y MADUREZ
El sufrimiento tiene multitud de causas. Frente a él se dan dos respuestas: el victimismo y la madurez.
* Una de las principales causas del sufrimiento, y la más intensa, son las desgracias, tragedias y dramas. Frente a esto no sirve de nada hacerse preguntas, sólo sirven las respuestas.
La respuesta victimista consiste en la lamentación, la cual es usada para provocar la compasión de los demás y obtener así un consuelo y una ayuda. Cuando la víctima recibe compasión y ayuda, el amor y la ayuda recibidos le proporciona un placer con el que poder soportar su dolor, y también se siente el centro de atención de los demás, con lo cual también obtiene un placer.
La respuesta madura consiste en dos cosas: Primera, intentar acabar con las causas inmediatas del dolor. Segunda, si no se puede evitar el dolor, intentar aceptar la situación dolorosa.
Intentar acabar con las causas del dolor a veces tiene éxito, y la aceptación de lo inevitable reduce el dolor y da la posibilidad de escapar al sufrimiento.
Quien opta por la madurez se encuentra con que le resulta muy difícil mantener una actitud madura, y entonces puede lamentarse de esa dificultad y caer en el victimismo. La dureza de las situaciones dolorosas puede ser tal, que no podemos responsabilizar a nadie ni a nosotros mismos, ni de de caer en el victimismo ni de no ser capaces de mantener una actitud madura.
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Perder lo que se tiene y no conseguir lo deseado produce frustración. Lo que hacemos para mantener lo que tenemos y para conseguir lo deseado produce conflictos, problemas, miedos y falta de libertad. El conjunto de todo esto produce sufrimiento.
La respuesta victimista consiste en culpar a los demás o a la mala suerte de ese sufrimiento. De esta manera, el individuo no sólo se justifica, tanto por lo que ha hecho como por lo que no ha hecho, sino que al exigir que sean los demás los que cambien, él no pone ninguna energía en cambiar su actitud, y sin un cambio en su actitud, las cosas no mejoran e incluso empeoran, y además, el individuo se encuentra sin herramientas para poder soportar y aceptar el sufrimiento.
La mayor parte de la gente cree que la respuesta madura ante este tipo de dolor consiste en ser capaces de resolver los problemas y en buscar alternativas que permitan conservar lo que se tiene y conseguir lo que se desea. Sin embargo, esta respuesta produce las siguientes consecuencias:
1) Que se consiga el éxito, en cuyo caso el individuo se esclavizará a sus deseos y a los métodos seguidos para conseguirlos.
2) Que se produzca el fracaso, con lo cual se produce la frustración.
3) Tanto si se produce el éxito como si se fracasa, los medios utilizados producirán conflictos, daños a uno mismo y a los demás, y por lo tanto, el dolor y sus causas se perpetuarán.
Hay otra respuesta madura. Se trata de ver cuales son las causas últimas del dolor. Quien las descubre escapa al dualismo de los bueno y de lo malo y ve que esas causas se deben a la no aceptación del fluir natural de las cosas, y que esa no aceptación lleva al individuo a centrar su vida en conservar lo que tiene y en conseguir lo que desea, y que esa actitud es la que le causa el dolor.
Ver estas causas sirve también para entender por qué existen muchísimas de las desgracias, de las tragedias y de los dramas, y por qué nos producen tanto sufrimiento.
Frente al sufrimiento nada resulta fácil, pero está en nuestra mano evitar los errores, los atajos falsos, y caminar por caminos sabios.
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