domingo, 25 de febrero de 2018

EMOCIONES, PENSAMIENTOS Y ESPIRITUALIDAD


   Una primera clasificación de las emociones nos lleva a verlas como dolorosas y placenteras. El dolor nos viene por sí sólo, no hace falta que lo atraigamos con nuestros actos, y viene tanto de nuestro interior como del exterior, sin embargo, la mayoría del placer hemos de buscarlo activamente, pues pocas veces sabemos contentarnos con lo que la vida nos trae y nos regala. 

   Posiblemente, lo que más pese en nuestras vidas, en nuestros pensamientos y en nuestra espiritualidad, sea el rechazo y la huida del dolor y la búsqueda de placeres, y en todo esto las emociones juegan un papel fundamental.

  Siempre estamos intentando ver la manera de evitar las emociones dolorosas y de conseguir las placenteras, pero para ello necesitamos saber cuales son las causas de las dolorosas y las fuentes de las placenteras. ¿Somos conscientes de estas causas y de estas fuentes?

  Evitar las emociones dolorosas y conseguir las emociones placenteras tiene unas consecuencias sobre nuestra vida, sobre nuestros pensamientos y sobre nuestra espiritualidad. ¿Somos conscientes de estas consecuencias?

   Las emociones llegan y se van sin que podamos controlar ni su llegada ni su marcha, y por otro lado, muchas veces se apoderan totalmente de nuestra mente y de nuestra conciencia, por lo tanto mientras dura este dominio no podemos dedicarnos a ser conscientes de todos sus aspectos. Pero la serenidad siempre llega, y con ella la hora de las conclusiones, la hora de tomar conciencia. 

   Tomar conciencia nos servirá para que, ante las determinadas situaciones que nos presente la vida, nuestras emociones sean cada vez más armónicas con esas situaciones, y por lo tanto menos dolorosas y menos dominadoras de nuestra mente y de nuestra conciencia. 

   Una segunda clasificación de nuestras emociones nos permite ver que podemos clasificarlas en tres tipos: Serenas, excitantes y perturbadoras.

 Las serenas siempre son placenteras pues son serenas debidas a la NO existencia de dolor. 

  Las excitantes son también placenteras, pues se deben a la esperanza de conseguir grandes placeres y satisfacciones. 

  Las perturbadoras son siempre dolorosas, pues se deben a situaciones dolorosas o que tememos. 

   Cada tipo de emoción nos crea un tipo de pensamiento, y cada tipo de pensamiento es una energía que nos produce un tipo de emoción. ¿Somos conscientes de la relación entre nuestras emociones y nuestros pensamientos?

   Cada tipo de emociones afecta de una manera a nuestra conciencia y a nuestro camino espiritual, y nuestra conciencia y nuestro camino espiritual son una energía que contribuye a crear nuestras emociones. ¿Somos conscientes de la relación entre nuestra conciencia, nuestro camino espiritual y nuestras emociones?

   Tendemos a rechazar las emociones dolorosas y a buscar las emociones placenteras, y eso es una de nuestras cadenas. Y también tendemos a intentar dominar nuestras emociones dolorosas y a olvidarnos de todo cuando estamos bajo los efectos de las emociones placenteras. Pero no podemos dominar a las dolorosas ni evitar que desaparezcan las placenteras, por ello esta actitud es una pérdida de energía y una fuente de frustración. 

   Sólo está en nuestra mano aumentar la conciencia sobre todos los aspectos de nuestras emociones, sólo esto las volverá más armónicas, más serenas, menos dolorosas y menos tiranas, lo cual facilitará y hará avanzar nuestro camino espiritual. 

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