jueves, 22 de febrero de 2018
RACIONALES
Somos seres racionales, pero con las limitaciones y las interferencias que nos imponen nuestros deseos, nuestras emociones, nuestras creencias, nuestros valores morales y nuestro inconsciente.
Somos conscientes de ser racionales, pero pocas veces somos conscientes de como todas estas cosas interfieren en nuestros razonamientos y en nuestros comportamientos. Por eso, aunque somos racionales, muchas veces no somos razonables, nuestros razonamientos muchas veces están equivocados, y casi nunca son sabios, por más inteligentes o astutos que seamos o que creamos serlo.
Es una creencia muy extendida que basta con que la razón entienda la utilidad, la conveniencia o la necesidad de hacer algo, para que podamos hacerlo o al menos intentarlo. Pero aunque la razón es muy aguda a la hora de comprender, tiene muy poca energía a la hora de hacer, los límites y las interferencias que vimos más arriba tienen más fuerza, más energía. Así, cuando la razón se enfrenta a los aspectos anteriores, la razón sale derrotada. Para que la razón sea la que dirija nuestros actos, tiene que estar de acuerdo con ellos.
A mi modo de ver, una definición de razón sería la siguiente: "La capacidad para sacar conclusiones, hacer relaciones, resolver problemas, encontrar soluciones, crear y construir cosas y desarrollar ideas a partir de cosas y de datos que consideramos verdaderos, reales."
Aquí, la cuestión es saber que es lo verdadero, lo real. Así, por ejemplo quien cree que las fuerzas mágicas, o sobrenaturales o religiosas existen, puede sacar unas conclusiones y desarrollar unos pensamientos totalmente racionales, unas veces ciertos y otras veces no.
En nuestra sociedad, el monopolio de la razón se lo atribuyen aquellos que dicen que para que algo sea racional tiene que poder demostrarse científicamente. Sin embargo, como la ciencia sólo es capaz de conocer una parte de la realidad, esta visión de lo racional es algo estrecho, miope y limitado, es decir, se da la paradoja de que en realidad es irracional creer que sólo la ciencia puede captar la realidad.
Lo realmente irracional no es eso que suele llamarse despectivamente superstición, pasión, fantasía, utopía, creencias no demostradas. Lo realmente irracional es no entender que hay muchas fuentes para entender la realidad, pero que hemos de cuestionarnos la información que nos llega por esas fuentes, y que hemos de entender como nos afectan todos los aspectos que interfieren en nuestra capacidad de razonamiento.
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