jueves, 15 de febrero de 2018

REACCIONES DE NUESTRO EGO


   Cuando queremos disponer de nuestro espacio y de nuestro tiempo, cuando queremos disfrutar de nuestra soledad libre, nuestro ego tiene que defenderse, pues siempre hay alguien que interfiere, alguien que nos exige o que nos quiere dominar o controlar.



    Tenemos niveles de conciencia diferentes, deseos y creencias diferentes, así, cuando sacamos lo que llevamos dentro, muchas veces hay alguien contra el que chocamos. Si observamos bien veremos que al sacar algo de nosotros mismos, la energía que desprendemos fácilmente puede seer vista por los demás como una energía expansiva, y eso hace que los egos de los demás la perciban como un peligro, o como algo que les hace sombra, o que les invade. 

  Sólo con nuestros afines los egos no chocan intensamente, pues cuando sacan lo que llevan dentro, eso que les sale es afín a lo que nosotros llevamos dentro. 

   Cuando nuestro ego choca con el ego de alguien, ¿Qué podemos hacer? 

   * Hay quien opta por callarse para así ahorrarse el conflicto, o bien por miedo al daño que la reacción de la otra persona puede causarle. Esta reacción nos deja frustrado y con cierto grado de rencor hacia la otra persona, y esto refuerza nuestro ego, pues un ego que se siente humillado, vencido o frustrado, es un ego que siempre estará pugnando por destacar, por brillar, por vengarse, por imponerse al ego de los demás. 

* Hay quien opta por el combate, esto le evita frustraciones y represiones interiores, lo cual implica un cierto grado de liberación de las tensiones interiores y de libertad al poder expresar lo que siente. Pero, a medida que el combate va avanzando, su ego va creciendo como reacción al ego crecido del otro. 

   La alternativa a estas dos opciones sólo podemos hallarla en el hecho de reducir nuestros deseos y ser más libres, es decir, centrarnos más en nuestro mundo interior, en las satisfacciones que eso nos produce, pues solamente esto hará que lo exterior nos importe menos, que nos importen cada vez menos las discusiones.

  Nuestro ego existe debido a nuestras relaciones con la Naturaleza, y sobre todo, debido a las relaciones con nuestros semejantes. Mientras haya dos personas que estén juntas y con opiniones y deseos diferentes, la lucha de egos y los conflictos son inevitables, y ninguna estrategia o ninguna táctica, podrá evitar los enfrentamientos y el reforzamiento de los egos.

  Quien sigue un camino espiritual se encuentra con que se convierte en una minoría en una sociedad que puede despreciarle o incluso hostilizarle, lo cual refuerza su ego, pues le pone a la defensiva. Por otra, la persona espiritual al sentirse diferente también puede sentirse superior a los demás.

   Ahora bien, es necesario que seamos conscientes de que si queremos acabar con algo, primero hay que dejarlo que se desarrolle plenamente, las cosas sólo empiezan a debilitarse cuando han alcanzado su máxima fuerza. Así, hasta que nuestro ego no alcance su cima, no podremos empezar a apagarlo.

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