martes, 27 de febrero de 2018

ACTITUDES MORALES


    Ningún valor moral provoca nunca un cambio social y político, sin embargo, todo cambio social y político trae consigo cambios en los valores morales dominantes. 

   Los valores morales dominantes están compuestos por una mezcla de valores impuestos por los grupos sociales dominantes, y por aquellos valores que sin ser creados por estos grupos, son tolerados por ellos por razones diversas. Son pocos los valores dominantes que coinciden con la moral natural, y los que coinciden están fuertemente interferidos por aspectos no naturales. 

  ¿Cómo nos afectan los valores morales dominantes? 

  ¿Cómo nos afectan los cambios en los valores morales dominantes?

  Las respuestas son siempre individuales, pero afectan más o menos en función de cual sea el grado de identificación que el individuo tenga con los grupos dominantes y con el conjunto de valores dominantes de la sociedad. A mayor identificación afecta menos, y a menor identificación afectan más. 

  Las personas moralistas y las personas religiosas dan mucha importancia a los valores morales, y esto se debe a dos aspectos fundamentales: 

  * Creen que son la principal base para la convivencia pacífica y respetuosa en sociedad. 

* Creen que los principales problemas del Hombre son causados por actitudes inmorales, y que el Ser Humano sólo podrá acabar con sus problemas si recurre a la práctica de unos valores morales muy elevados. 

   Esta visión de la moralidad no sólo es dualista y con poco contacto con lo natural, sino que además es muy miope, pues reduce la naturaleza humana a la moralidad y a la inmoralidad, al Bien y al Mal, y por lo tanto ni tiene en cuenta todos los aspectos de la naturaleza humana, ni como esos aspectos se relacionan dentro del Hombre de forma natural. 

  La persona espiritual se va liberando de la moralidad de la sociedad y cada vez se rige más por su conciencia y por su moral natural, pero por otra parte, y esto es lo más importante, todo camino espiritual implica ir reduciendo los deseos y aumentando el valor que se le da a la libertad interior, y quien tiene pocos deseos, o quien valora más su libertad que conseguir sus deseos, no causa daño a nadie, con lo cual no necesita regirse por ningún valor moral. Hemos de tener en cuenta que el daño que los seres humanos nos causamos los unos a los otros se produce solamente cuando intentamos conseguir la mayoría de nuestros deseos. 

   Eso a lo que se llama Mal no existe, ni como ente, ni como ser, ni como energía, por lo tanto no tiene al Bien como su contrario. Eso a lo que se llama Mal consiste sencillamente en el daño causado a los demás a la hora de conseguir lo que deseamos. Así, al disminuir los deseos disminuye el daño causado. 

  En cuanto al Bien, se trata sencillamente de la energía y de la acción creadora y nutridora de la Divinidad, se trata de su acción ordenadora del fluir del Universo. En suma, se trata del fluir natural del Universo, de la Naturaleza, llevada a cabo por una Divinidad que no está separada de ese Universo, sino que es Una con Él. 

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