jueves, 8 de febrero de 2018

ESTAMOS DOTADOS PARA LA FANTASÍA



   A veces la fantasía tiene una relación muy estrecha con el mundo de la magia y de la religión, pues una buena parte de estos dos mundos están construidos a partir de lo imaginado por la fantasía.

   La fantasía suele verse como algo irreal, irracional, como un mundo de cosas imposibles u utópicas, e incluso como una especie de locura. Cuando el individuo quiere llevar sus fantasías a la realidad, o cuando confunde realidad y fantasía, entonces surgen muchos y variados problemas.

  A veces, la fantasía aparece en la mente del individuo como algo que él cree que es racional, lógico, normal, natural, sobre todo en situaciones en las que varias personas comparten la misma fantasía, y esto es mucho más frecuente de lo que creemos, sobre todo en el mundo de las ideologías y de la política. Y todos hemos oído aquello de "confundir la realidad con los deseos".

  Otras veces la fantasía aparece identificada con el mundo de las esperanzas, de los sueños, de las ilusiones. La mayoría de la gente y el conjunto de la sociedad suele creer que esto es algo positivo, algo que se puede y se debe conseguir para alcanzar la tan soñada felicidad, y a veces se consigue. Pero esto significa quedar prisionero del mundo de los deseos, con sus placeres, satisfacciones, felicidades, y con sus facturas dolorosas, sus frustraciones, sus insatisfacciones...

   Pero cuando no se pretende convertir a la fantasía en realidad, y cuando no se confunde la fantasía con la realidad, la fantasía sirve como un poderoso alivio contra el dolor pues hace posible vivir en mundos sin frustraciones, sin desilusiones, en mundos ideales. Tengamos en cuenta que eso que creemos que es la realidad, tiene mucho de fantasía de nuestra mente, y tengamos en cuenta que tanto en la fantasía como en eso que llamamos realidad, quien lo vive es tanto nuestra mente como nuestra conciencia 

   La fantasía es también una evasión placentera de un mundo que nos resulta feo, decepcionante, loco o estúpido. Resulta muy difícil o muy doloroso, vivir veinticuatro horas seguidas inmersos totalmente en eso que creemos que es la realidad, así la fantasía es un descanso, un alivio y un medio para la reflexión.

   La fantasía tiene una gran capacidad creativa, y no sólo para las artes o para el pensamiento en general, sino en todos los aspectos de la vida.

   Por otra parte, la fantasía nos lleva a ponernos en contacto con lo más profundo y con lo más elevado de nosotros mismos, y es una gran exploradora del mundo que nos rodea y de nuestro interior, y puede proporcionarnos mucha serenidad y equilibrio interior. Es decir, puede ser una buena fuente de sabiduría. 

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