domingo, 16 de abril de 2017

VIAJE AL PASADO


  Eran muchas las personas que le pedían a Merlín viajar al pasado. La mayoría de las veces se trataba de nostálgicos que querían rememorar tiempos felices de su pasado. Estas personas se encontraban con que sus momentos felices nunca eran tan felices como ellos los recordaban, pero también se encontraban con los momentos tristes y duros, pero como su presente era más doloroso que su pasado, volvían contentos. 

  También había quienes solamente querían volver a experimentar su juventud, y esos solían volver más decepcionados, pues su juventud casa nunca fue tan feliz como la recordaban, sin embargo, en general todos volvían contentos, pues preferían la experiencia de sentirse jóvenes, que su realidad de adultos o de viejos. Merlín les preguntaba a todos, y por sus respuestas deducía que casi ninguno había aprendido nada, sencillamente se limitaban a disfrutar del viaje. 

  El caso de David fue diferente, pues éste le pidió que le enviara al pasado para rectificar los errores que había cometido en él, y poder disfrutar en el presente de una vida mejor. Merlín aceptó y en una sesión de dos horas, David recorrió todo su pasado. Cuando se despertó, Merlín le preguntó: 

  -¿Cómo te ha ido la experiencia?

 -En las cosas de importancia secundaria rectifiqué, pero en las cosas que realmente me importan volví a hacer lo mismo que en el pasado. ¿Por qué crees que me ha ocurrido esto, si yo mantenía mi memoria de lo ocurrido y sabía cuales iban a ser las consecuencias de mis errores? -Contestó David. 

 -No basta con saber las consecuencias de los errores, en el presente también sabes muchas de esas consecuencias y, sin embargo, eso no te impide cometerlos. Cada instante de la vida es único, tiene sus propias circunstancias y nosotros tenemos energías diferentes y estamos en estados emocionales también diferentes. Esas circunstancias, esas energías y esos estados emocionales tienen más fuerza sobre nosotros que aquello que nuestra mente sabe o que nuestra memoria recuerda. -Respondió Merlín. 

 -¿Siempre? -Preguntó David. 

 -Realmente no siempre. Cuando un hecho del pasado nos impacta mucho se produce un cambio en nuestra conciencia. Con la conciencia cambiada o elevada si que somos capaces de cambiar de actitud y por lo tanto no volver a repetir errores o incluso no cometer otros nuevos. -Respondió Merlín.

  -Pero en mi pasado ha habido cosas que me han impactado mucho. -Objetó David. 

 -Pero siempre culpaste de ellas a los demás, a las circunstancias de la vida, o a tu mala suerte, y al culpar a los demás nunca te planteaste cambiar internamente, sólo te dedicaste a usar tu inteligencia para evitar ciertos problemas y para conseguir tus deseos, y por eso tu conciencia apenas si ha cambiado a lo largo de tu vida. -Concluyó Merlín, y en estado reflexivo, David se despidió de él. 

  

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