lunes, 10 de abril de 2017
UN MUNDO SIN MIEDOS
Pedro fue a ver a Merlín y le pidió que le enviara a un mundo sin miedos, ya que el miedo le causaba mucho dolor y no le dejaba ser libre, a lo que Merlín le preguntó:
-¿Qué crees que haría sin miedos una persona para lo cual lo más importante es conseguir lo que desea?
-Pues supongo que lo conseguiría, pues sin miedos pondría toda su energía en alcanzar lo deseado. -Respondió Pedro.
-Sí, efectivamente, pero sin miedos haría muchas cosas que dañarían a los demás y que, por lo tanto, les producirían miedo. -Objetó Merlín.
-No si esa persona tuviera unos grandes valores que no le dejaran dañar a los demás. -Replicó Pedro seguro de si mismo.
-Todo sistema de valores valores se basa en los premios y en los castigos. De esta manera se estimula el deseo de conseguir el premio y se provoca el miedo al castigo. -Argumentó Merlín.
De momento, Pedro se quedó sin argumentos para replicar a Merlín, pero aún así no le convencían sus argumentos, y tras unos instantes de reflexión le dijo:
-Hay personas que no necesitan los premios ni los castigos para ser moralmente elevadas.
-Sí, se trata de esas personas que no desean tener más de lo que tienen, que no temen perder lo que poseen, o de personas totalmente compasivas.
Pedro sólo estuvo de acuerdo con Merlín en lo de la compasión, pero como en esos momentos no encontró argumentos para rebatirle lo demás, se centró en la relación entre los miedos y la libertad, y le dijo a Merlín:
-No me negarás que una persona sin miedos es una persona libre.
Merlín estuvo de acuerdo con esta premisa, pero argumentó:
-Si una persona a la que lo que más le importa es su libertad deja de tener miedo, se convertirá en un imprudente y acabará por sufrir trágicas consecuencias. Los miedos son mecanismos de supervivencia, son algo natural.
-No sé si son naturales o no, pero a mi me causan dolor y no me permiten ser libre. ¿Cómo explicas tu eso? -Dijo Pedro en tono desafiante.
-Quien acepta el fluir natural de la vida tiene unos miedos naturales que le hacen ser cauteloso, pero al aceptar el devenir natural pierde el miedo a lo inevitable. Esa es la armonía, la liberación y la cesación del sufrimiento. -Contestó Merlín.
Pedro se encontró de nuevo sin argumentos para replicar a Merlín, pero no quedó convencido.
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