miércoles, 26 de abril de 2017
UN MUNDO MÁGICO
-Me gustaría que me enviaras a un mundo mágico. -Le pidió Arturo a Merlín.
-¿Por qué quieres ir a él? -Preguntó Merlín.
-Para poder conseguir mis sueños, pues en el mundo real, por más que lo intento, no los puedo conseguir. Además, no soporto vivir sin sueños, y no hallo nada más elevado ni más bello, pues todos mis sueños son amorosos, yo sólo deseo que todo el mundo sea feliz. -Contestó Arturo.
Merlín aceptó y Arturo disfrutó de su propio mundo mágico, un mundo en el que, al contrario que en el mundo real, todo el mundo conseguir sus sueños de felicidad sin tener que privar a nadie de los suyos.
Despertó plenamente satisfecho con la experiencia, y le preguntó a Merlín:
-¿Podrías enseñarme algún método mágico para conseguir mis sueños, o tendré que esforzarme y arriesgarme para conseguirlo?
-Aunque la gente me llame Merlín yo no soy un mago, y tampoco sé si la magia funciona o no funciona, o en qué casos funciona y en cuales no, pero sé que quienes aspiran a conseguir sus sueños a través de la magia tienen que realizar un esfuerzo para que la magia les funcione, por otro lado, se esclavizan a la propia magia y a los sueños que quieren alcanzar. Conseguir los sueños siempre implica esfuerzo y pérdida de libertad, y no hay garantía de obtener lo soñado.
-¿Existe algún camino que no implique esfuerzo ni pérdida de libertad? -Preguntó Arturo.
-Yo no lo conozco. -Respondió Merlín, pero Arturo quería conseguir sus sueños y se despidió pensando en buscar al mago que se los proporcionara.
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