domingo, 9 de abril de 2017

UN MUNDO ESPERANZADO


  Cuando Claudia fue a ver a Merlín, le dijo: 

  -Yo antes tenía muchas esperanzas y era muy optimista, pero los fracasos me han vuelto pesimista. Cuando era optimista era feliz, ahora que soy pesimista estoy triste y deprimida. Quiero volver a ser optimista, quiero volver a tener esperanzas. Mándame a un mundo esperanzado, ¿Es posible?

  Merlín asintió y procedió a hipnotizarla. De pronto Claudia se encontró en una ciudad como otras que ya conocía, pero la gente se mostraba muy activa y alegre. No preguntó a nadie, que observar por sí misma y llenarse de aquel espíritu de optimismo. A través de los medios de comunicación descubrió que la gran mayoría de los  habitantes del país tenían unas grandes esperanzas, y que esas esperanzas eran las mismas que ella tenía. Se sintió dichosa, sintió que había recuperado el optimismo, y en esos momentos se despertó. 

  -Veo que te ha ido muy bien la experiencia. -Le dijo Merlín.

  -Sí, ha sido perfecta, maravillosa, muchas gracias. -Dijo Claudia. 

  Viendo su alegría, Merlín no quiso decirle lo pensaba, pero llamó a su amiga María para verse y tener una charla sobre la esperanza.

   Cuando se vieron, Merlín le dijo: 

  -La esperanza siempre tiene como consecuencias, o la frustración o la tragedia, y a veces las dos a la vez. La frustración la he experimentado por mí mismo y la veo en mucha gente, y la tragedia la he visto en los libros de historia y la veo en las noticias sobre lo que pasa en el mundo. 

  Pero María tenía aquel día una actitud optimista y propensa a la controversia y le dijo: 

  -Mientras dura, la esperanza es muy bonita, mientras que los desesperanzados sufren mucho. Además, las esperanzas tienes otras consecuencias: a veces las cosas mejoran, e incluso cambian, y es más, las mejoras y los cambios sólo se consiguen a base de esperanza.

 -Sí, a veces las cosas mejoran y cambian, pero al precio de los conflictos y de las tragedias. Además, las mejoras y los cambios siempre consisten en solucionar unos problemas que las esperanzas anteriores habían creado. -Replicó Merlín. 

  María siguió defendiendo sus ideas y Merlín le dijo: 

  -Toda esperanza es un deseo, toda esperanza es un rechazo del fluir natural de las cosas, lo cual impide la liberación y la armonía, y eso deberías saberlo. 

 -Sí ya lo sé, pero la esperanza es tan bella, produce tantas alegrías, tanto consuelo, evita tantas desesperaciones. Pero tienes razón, la esperanza es pan para hoy y hambre para mañana, y el bello y placentero pan de hoy impide ser conscientes del doloroso hambre de mañana. Y también sé que la tristeza de hoy es una base para las reflexiones y para los cambios interiores, reflexiones y cambios que dan lugar a la alegría serena y sabia de mañana, y aunque creo que hay que vivir el presente, el mañana siempre llega. -Concluyó María. 

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