Hay quienes tienen como principal objetivo de sus vidas que en ellas siempre reine la alegría y el bienestar. La mayoría de éstas personas pretenden conseguir éstos objetivos en sus relaciones con los demás. Sin embargo, las reglas que rigen éstas relaciones se basan en que todos ponen condiciones y piden precios por lo que dan, y entre condiciones y precios, nadie puede dar la alegría y el bienestar que satisfaga a los demás.
Hay quienes buscan la alegría y el bienestar en los frutos de su mundo interior y de su soledad. Pero gozarlos en lo segundo, lo primero es que tienen que cultivarlos.
La alegría y el bienestar, si son un objetivo, cuando llegan, poco tiempo se quedan.
Los permanentes llegan y se quedan como consecuencia secundaría del armónico caminar.
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