Todos llevamos dentro unos impulsos naturales. A todos desde fuera nos llegan estímulos naturales y no naturales. Ante todo ésto se nos presentan las siguientes situaciones:
*A veces los estímulos naturales no nos resultan suficientes.
*A veces buscamos estímulos no naturales, los cuales con frecuencia no nos resultan suficientes.
*Una parte de nuestras relaciones con ambos estímulos las marcan nuestros impulsos naturales, otra parte la marcan nuestras creencias, otra parte la marcan nuestras capacidades, y la otra parte la marcan quienes nos rodean y la sociedad con sus sistemas de premios y de castigos.
La mezcla variable de todos éstos aspectos tiene diferentes resultados en nosotros y en los demás, resultados que, en mayor o menor medida, nos desequilibran y nos perturban a todos, y a veces incluso surgen en todos nosotros impulsos no naturales.
Los impulsos no naturales unas veces son vistos como peligros sociales. Otras veces como trastornos mentales o emocionales. Otras veces nos producen placeres y satisfacciones. Y otras veces son vistos como virtudes que se admiran, que se premian y que se aman.
Ante toda ésta confusión:
La la sencillez y la naturalidad como vía,
y la sabiduría para distinguirlas
del artificio y de la complejidad,
los cuales nos imponen su tiranía
en nombre de la normalidad.
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