Nuestros impulsos naturales, son lo más sólido, lo más fiable, que llevamos dentro, aquello que no produce las plenitudes más serenas, y lo que mejor nos permite afrontar las adversidades. Seguirlos es ser fieles a nosotros mismos.
Cuando nos guiamos por ellos: A veces chocamos con los artificios y las creencias dominantes. A veces no podemos satisfacer lo que los demás nos piden. En éstas situaciones no somos admirados, y por ello no somo premiados ni amados. Y ante éstas situaciones, lo libre y lo sabio es aceptar la actitud de los demás y seguir cultivando la naturaleza que llevamos dentro.
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