Tanto hablar como callar, para nosotros pueden ser estrategias o puede ser espontáneo.
Lo que decimos y lo que callamos, para los demás puede ser placentero o puede ser doloroso.
Quien siente placer premia, quien siente dolor castiga.
Los premios y los castigos, aumentan las estrategias y reducen lo espontáneo.
Placer y dolor.
Aceptación y armonía:
En esa tensión vivimos,
en ese camino andamos,
sobre ello hablamos y callamos.
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