Para el pensamiento taoísta, el Tao, el Universo y la Naturaleza NO SON MORALES sino NATURALES
Para el pensamiento taoísta, el camino del Hombre consiste en buscar la armonía con el Tao, con el Universo y con la Naturaleza. De esta manera, para quien sigue este camino los conceptos morales son un estorbo, pues el impiden comprender el flujo natural del Tao y armonizar con ese flujo.
Quien sigue este camino no quiere conseguir deseos, sino liberarse de ellos y armonizar. Debido a esto no daña a nadie y por lo tanto no necesita regirse por ningún principio moral.
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Para quien lo más importante es conseguir lo deseado, a la hora de conseguir sus deseos muchas veces causa daño a los demás. En cualquier situación en la que con nuestros actos podamos causar daño a los demás, los principios morales basados en el respeto, en el amor y en la compasión serán necesarios, pues sólo estos principios podrán evitar este daño o hacer que causemos el menor daño posible.
Las sociedades humanas nunca se han regido por el pensamiento taoísta ni por cualquier otro pensamiento basado en liberarse de los deseos, sino que se han regido por el principio de que lo más importante es conseguir lo deseado, y por ello, todas las sociedades han recurrido a principios morales acompañados de leyes basadas en principios morales con el objetivo de regular las relaciones sociales y hacerlas aceptables para todos.
Como los niveles de conciencia, las creencias y los deseos son muy varidos, los principios morales y las leyes derivadas de ellos, siempre han sido muy complejos y además un artificio, y siempre han chocado con muchos de los niveles de conciencia, con muchas de las creencias y con muchos de los deseos, y frecuentemente chocan con varios de los deseos que cualquier persona puede tener en varias circunstancias de su vida. En estos choques, unas veces ganan los deseos, otras veces ganan los valores morales, y otras veces se cambian los principios morales existentes por otros nuevos igualmente complejos y artificiales.
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