Para alcanzar la plenitud y la armonía se nos presentan unos obstáculos. La mayoría de las veces creemos que esos obstáculos son externos a nosotros, pero si ahondamos a fondo veremos que son interiores. Los obstáculos interiores, aunque pueden ser muy variados, se pueden agrupar en:
*Dificultades de nuestros sentidos y de nuestro cerebro para conocer la realidad del flujo natural de las cosas.
*Agitaciones, creencias e ilusiones que interfieren en nuestra capacidad para comprender la realidad del flujo natural de las cosas.
*La búsqueda de la satisfacción, es decir, la búsqueda de la felicidad, la cual la mayoría de las personas valoran más que la libertad, que la sabiduría y que la armonía.
*Dificultades para aceptar el flujo natural de las cosas, dificultades que han dado lugar a todas las creencias e ilusiones.
Hemos visto las dificultades, y ante ellas, el lector espera una solución para vencerlas, o para superarlas. Sobre como vencer y como superar las dificultades se ha dicho mucho, y entre lo que se ha dicho hay verdadera sabiduría, pero la mayor de las sabidurías no sirve de nada si cada persona no es capaz de vivir en armonía con esa sabiduría, y esa es la verdadera dificultad pues cada persona, por muy sabios que sean sus mapas, tiene que andar por sí misma y a solas su propio camino, andar de otras maneras es hacerlo por atajos falsos, es caer prisioneros de las creencias y de las ilusiones.
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