Todos sentimos amor. Unos con más intensidad que otros, y unas veces con más intensidad que otras.
¿De dónde procede la intensidad de nuestro amor?
¿Podemos aumentar a voluntad esa intensidad?
A la hora de sentir y de dar amor todos encontramos unos obstáculos. A unos esos obstáculos nos restan más intensidad que a otros, y unas veces nos restan más intensidad que otras.
La lista de obstáculos es muy larga.
¿Qué poder tenemos sobre esos obstáculos?
Las formas de acabar con esos obstáculos también son muchas.
¿Qué capacidades tenemos para desarrollar esas formas?
Las respuestas a todas estas preguntas, unas veces son convicciones internas que no se pueden expresar con palabras, que no se pueden encuadrar en conceptos. Otras veces sólo son creencias, y no siempre distinguimos las convicciones internas de las creencias.
Cuando necesitamos o deseamos algo, cuanto mayor es la necesidad o el deseo, más cosas estamos dispuestos a creer, es decir, a ver como posibilidades de conseguir lo que necesitamos o lo que deseamos. Así, cuando nos liberamos de una necesidad o de un deseo, también nos liberamos de las creencias relativas a esas necesidades y deseos. Cuando no tenemos creencias, al Amor lo vemos como lo que es, y ya no existen las palabras ni los conceptos, sólo lo natural y lo armónico.
Existen unas dificultades para sentir y dar amor, para liberarse de las necesidades y deseos, para aceptar el flujo natural del Universo y de la Naturaleza. En teoría existen maneras de superar esas dificultades, pero ¿Cada uno sabe como superar sus propias dificultades?
No hay comentarios:
Publicar un comentario