martes, 24 de agosto de 2021

HABLAR Y CUARDAR SILENCIO

 



  Cuando hablamos nos comunicamos con los demás. Les comunicamos nuestros pensamientos, nuestras creencias, nuestros conocimientos y  nuestros sentimientos, pero nunca les comunicamos todas nuestras intenciones. Unas veces les aportamos conocimientos y reflexiones, otras veces les aportamos ayudas emocionales, otras veces les intentamos convencer de nuestras creencias, someter a nuestros deseos, y otras veces les confundimos, pues nuestras creencias son una más entre la multitud de creencias existentes. Cuando escuchamos somos nosotros los que recibimos éstas influencias de los demás. 

  Sólo en soledad podemos guardar silencio, pues la relación con los demás nos fuerza a hablar y sólo nos permite unos momentos de silencio, y sólo en soledad podemos evitar escuchar a los demás, así, sólo en soledad se producen las comprensiones profundas. 

  Estas palabras, como todas, sirven de reflexión y pueden crear confusión, y mis razones para decirlas sólo las conoce mi silencio y si dijera mis razones estarían llenas de justificaciones. 

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