sábado, 28 de agosto de 2021

AMOR: LIBERTAD Y SABIDURÍA


   En nuestros niveles mayoritarios y dominantes de conciencia, el amor está idealizado, de tal manera que son muchos los que lo ven como la panacea que permite solucionar todos los problemas, producir todas las satisfacciones y elevar al Hombre a sus más altas cumbres. 


   Esta visión del amor es el producto de la no aceptación del natural fluir del Universo. Al no aceptar ese flujo, el Hombre siente miedo y el miedo le produce dolor, y por lo tanto, el Hombre sólo puede basar su vida en conseguir lo deseado para liberarse así de sus miedos y de sus sufrimientos. A la hora de conseguir lo deseado, muchas veces se causa dolor, daño, destrucción, y ante esto el Hombre sólo puede oponer el amor, generalmente en forma de valores morales, o de preceptos religiosos o ideológicos o de leyes. Así se cree que si domina el amor en cualquiera de sus formas, el Hombre no dañará, no causará sufrimiento, no destruirá, y además ayudará a todo el que lo necesite, y la felicidad reinará en el mundo y además seremos premiados por los dioses. 


 En nuestros niveles mayoritarios y dominantes de conciencia, el individuo se encuentra con que para que le amen tiene que dar algo a cambio a los demás, es decir, se encuentra con que le aman en proporción a lo que da a los demás. De esta manera, el individuo tiene que perder libertad para ser amado. Se da otra situación en la que el individuo es amado y es cuando sufre alguna desgracia importante o tiene alguna fuerte limitación, en estas situaciones la compasión de los demás le ayuda, pero quien le compadece también le impone normas. 


  El individuo también se encuentra con que tiene una fuerte tendencia a poseer, a controlar o dominar aquello a lo que ama, y así intenta someter a sus seres amados y se somete a lo que necesita para conseguir aquello a lo que ama. De esta manera el individuo resta libertad a los demás y así mismo, pues el deseo es una cadena que ata por sus dos puntas. 


  Así, en nuestros niveles mayoritarios y dominantes de conciencia, el amor es casi siempre un deseo, y todo deseo nos resta libertad. 


  Los deseos también dificultan nuestra sabiduría, pues todo deseo nos lleva a conocer aquello que nos permite conseguirlo, es decir, para quien desea, el conocimiento es sólo una herramienta para conseguir lo deseado, y de esta manera el deseso nos impide ver la totalidad de las cosas y las relaciones entre las cosas. 


  Como vemos, las cuestión es el nivel de conciencia, un nivel que no sabemos como elevar, pero que se eleva como consecuencia de la energía que se produce en las tensiones que surgen en nuestra vida. 

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