A los demás se les puede engañar recurriendo a muchas tácticas y estrategias. Engañando se pueden conseguir muchos deseos y además conseguirlos gratis o pagando precios baratos. Cuanto más se conoce la realidad de los demás, mejor se les puede engañar.
Cuando no aceptamos la parte de la realidad que conocemos creamos una creencia, la cual es una mezcla de realidad y de imaginación y en la que siempre hay una parte importante de error. Cuando creemos que nuestras creencias son un fiel reflejo de la realidad, entonces nos engañamos a nosotros mismos. Con estos engaños, ¿Qué es lo que podemos conseguir? ¿Cuál es el precio que pagamos por lo que conseguimos?
No podemos conocer la realidad al completo, sin embargo, cuando aceptamos lo que conocemos se nos abren muchas posibilidades de libertad y de sabiduría, de tal manera que empezamos a ver todo lo que rodea a nuestros deseos, y entonces empezamos a no engañar, a no engañarnos, y a no dejarnos engañar, y la realidad que nos es posible conocer se nos muestra en toda su sencillez y claridad.
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