Entre cementos, colores de pinturas,
estructuras, asfaltos, metales y cristales,
perfiles, sombras, luces y culturas,
la sencillez del gorrioncillo hace patente,
la perenne pero olvidada cordura,
la que frente a ruidos y afanes sólo florece
en las silencionsas y serenas honduras.
El Hombre, agitado, frustrado, insatisfecho,
gran guerrero emocional e inteligente,
crea grandes civilizaciones con su ingenio,
artificio prácticos, placenteros, letales,
y ofuscado con con la adoración por sus éxitos,
desprecia y olvida los ejemplos más elementales,
buscando culpables y exigiendo bondades
y derechos.
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