martes, 11 de agosto de 2020

CENTROS



  Cuando observamos el trozo de realidad al que tenemos acceso y reflexionamos sobre ello, nos vemos a nosotros mismos situados en el centro. 

  Cuando observamos las relaciones que mantenemos con aquellos con los que nos relacionamos, y reflexionamos sobre ello, nos vemos a nosotros mismos situados en el centro. 

 Cuando observamos la realidad de la vida o de la sociedad y reflexionamos sobre ello, ponemos a nuestras creencias en el centro. 

  Cuando sentimos cualquier sensación o estado de ánimo, los convertimos en centros a los que encadenamos nuestros pensamientos, actitudes y comportamientos. 

  Cuando pensamos en la conciencia, cuando ignoramos sus voces y cuando las escuchamos, como nuestra a la conciencia la consideramos. 

  Todo estos cenros nos impiden ser conscientes de la realidad de lo que somos: gotas en el océano, hojas de hierba en el prado. Así, siempre ensimismados en nuestros centros miopes y tiránicos, la amonía no llega y no nos liberamos. 

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