Nuestra sociedad, con su visión dualista y moralista, pretende conciliar las tensiones y las luchas entre las dualidades de personajes, intentando que cada personaje ceda un poco y así las diferentes dualidades lleguen a un acuerdo en el justo medio, en el equilibrio de lo justo y de lo bueno para las dos partes.
Nuestra sociedad predica que esto es posible, que se trata de poner buena voluntad y también imaginación para elaborar estrategias y hacer propuestas que conduzcan a una conciliación entre los deseos opuestos, para lo cua se precisa el equilibrio estable y sólido entre lo racional, lo emocional y lo moral.
Mientras domine la visión de que lo más importante es conseguir lo deseado, aunque algunas veces se pueda llegar a acuerdos concretos basados en los principios y estragegias anteiores, pronto uno de los personajes aumenta la energía de sus deseos y entonces el equilibrio se acaba, y las diferentes estrategias y propuestas fracasan, y vuelven las tensiones y las luchas.
A lo largo de la Historia, la vida de los individuos y de las sociedades ha estado siempre dominada por las tensiones y por las luchas, de tal manera que el acuerdo siempre ha sido un bello ideal, una esperanza, una ilusión, una utopía, y estas bellas esperanzas, siempre centradas en las relaciones humanas o en el interior del individuo, siempre han despreciado la realidad de buscar la armonía con el Universo y con la Naturaleza.
La única forma de armonizar a todos los personajes del actual teatro humano, consiste en buscar la armonía con el Universo y con la Naturaleza, con el flujo natural, con el ritmo del Tao. Para ello se requiere sencillez, serenidad y tiempo para ir comprendiendo a fondo la realidad del Universo, de la Naturaleza, del flujo natural, del ritmo del Tao.
Tenemos que entender que mientras estemos tan centrados en las relaciones con los demás y en nuestro propio interior, no podremos prestar la atención necesaria al Universo y a la Naturleza, y de esta manera, nuestra vida espiritual estará desequilibrada y no podremos alcanzar la armonía.
No son necesarias más cosas, de tal manera que las estrategias para intentar comprender o armonizar no serían una ayuda, sin un serio estorbo, pues nos llevarían a diferentes formas de artificio que chocarían con el flujo natural. De esta manera, la vía de armonizar consiste en que a medida que vayamos comprendiendo, nuesetras respuestas naturales ya nos indicarán lo más armónico para cada situación concreta que se nos presente.
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