sábado, 8 de agosto de 2020

EL BALANCE DE LOS DESEOS



      Cuando intentamos conseguir un deseo, lo que hacemos para conseguirlo siempre acaba por tener consecuencias dolorosas, o bien para nosotros, o bien para los demás, o bien todos juntos. 

  Pero con mucha frecuencia, cuando conseguimos un deseo, durante un tiempo en el balance de los deseos el placer suele ser más alto que el dolor, al menos durante un tiempo. Este balance "positivo", nos lleva buscar placeres del mismo tipo y usando medios similares. 

  Siempre llega un momento en el que las consecuencias de lo que hacemos para conseguir lo deseado se presentan en forma de dolor, de drama o de tragedia. De esta manera, en nuestras vida particular y en la dinámica social se alternan los momentos de balance "positivo" con los momentos de balance "negativo".




  Si miramos las cosas con perspectiva, la búsqueda de los deseos produce un balance general en el cual el placer es algo más alto que el dolor, es decir, en términos generales, en términos a largo plazo, el balance es favorable al placer, pues si a nivel nivel general y a largo plazo el balance fuera favorable al dolor, la vida resultaría insoportable y ante eso, el individuo no tendría más remedio que cambiar sus creencias y la sociedad no tendría más remedio que reformarse profundamente. De hecho, cada vez que el dolor, los drama y las tragedias alcanzan cierto nivel, los individuos modifican sus creencias y las sociedades se reforman más o menos intensamente.


  De esta manera vemos lo siguiente:

 *Un balance a largo plazo generalmente favorable al placer. 

  *Muchos balances a corto plazo también favorables al placer. 

 *Estos balances "positivos" hacen que frente al dolor, el principal medio utilizado siga siendo la búsqueda del placer, y que pocas veces se recurra a la búsqueda de la aceptación del dolor y a la búsqueda de la armonía. 

 *Así, cuando las sociedades y los individuos se transforman es debido a la intensidad del dolor y de las tragedias, mostrando que el Hombre todavía no sabe evolucionar de otra manera. Y eso pese a que tiene a su disposición la posibilidad de escapar del dolor a base de la armonía, y para ello tiene la subiduríia sufciente, la cual nos han legado los sabios, y la cual podemos adquirir por nosotros mismos. 

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