Considerar a la felicidad como lo más importante, presenta la paradoja de que todo lo que hay que hacer para conseguirla se convierte en causa de sufrimiento.
Considerar al amor como lo más importante, presenta la contradicción de que junto con ese amor al que se considera como lo más importante, surgen odio y los comportamiento crueles y tiránicos.
Frente a todo lo anterior, Lao Tse nos dice:
"Cuando contemplamos algo y lo vemos bello,
algo en cambio, resulta feo.
Cuando contemplamos algo y lo vemos bueno,
algo, en cambio, resulta malo.
El ser y el no-ser se crean mutuamente.
Lo difícil y lo fácil se apoyan mutuamente.
Lo largo y lo corto se definen mutuamente.
Lo alto y lo bajo dependen mutuamente.
El antes y el después se suceden mutuamente.
Por ello, el Maestro
actúa sin hacer [sin forzar el ritmo natural]
y enseña sin decir [con su actitud y su energía]
Las cosas surgen y el deja que vengan;
las cosas desaparecen y él deja que partan.
El Maestro tiene, pero no posee;
actúa más no espera nada.
Cuando su obra termina, la olvida;
por eso es imperecedera."
(Tao Te King. Cap. 2. Versión de Stephen Mitchell, en España, editorial Gaia.)
Alcanzar la sabiduría y la armonía del Maestro es un camino espiritual que presenta solamente dificultades naturales, es decir, sin paradojas, sin contradicciones, sin complejidades.
Frente a las dificultades espirituales, unos optan por luchar contra todo lo que en su interior es una resistencia, un obstáculo, que les impide alcanzar sus metas espirituales.
Otros optan por la vía de la comprensión profunda y para ello se basan en la sencillez, en la serenidad y en el tiempo.
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