martes, 14 de julio de 2020

CAZADORA


  Las condenas y las justificaciones
  las hace la moralidad,
  lo natural no conoce tribunal. 
  La libélula caza
  y no tiene nada que demostrar.


       ¿Y el Hombre? 

     Prisionero de sus creencias,
     soportando y violando sentencias
     en su mundo artificial. 

           ¡Vuela, vuela, libélula!

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