viernes, 3 de julio de 2020
RECEPTIVIDAD
Solemos entender por receptividad el hecho des estar abiertos a lo que nos rodea, se sensibles y comprensios, sentir empatía, y también responder positivamente, comprensivamente, inteligentemente.
Creo que tenemos un concepto limitado y también equivocado de lo que significa la receptividad.
Limitado porque lo reducimos a la receptividad consciente.
Equivocado porque lo confundimos con limitarnos a prestar atención a unos aspectos concretos, e incluso con estar de acuerdo con esos aspectos concretos.
En realidad, SIEMPRE ESTAMOS RECEPTIVOS A TODO LO QUE NOS RODEA Y TAMBIÉN A TODO LO QUE PASA DEBAJO DE NUESTRA PIEL. Veamos el proceso de la receptividad:
*De lo que nos llega, sólo somos conscientes deuna pequeña parte, del resto no. Nuestros sentidos y nuestro cerebro consciente, sólo pueden captar una pequeña parte, pero el resto también penetra en nosotros y, allí dentro, especialmente en nuestro inconsciente, se van produciendo procesos que ignoramos, pero son procesos que tarde o temprano, tendrás sus efectos sobre nuestros pensamientos, sobre nuestras creencias, sobre nuestras emociones, sobre nuestro cuerpo, sobre nuestras intuiciones y reacciones.
*De esa pequeña parte de la que somos conscientes, a una parte le prestamos atención y a la otra no. Esto se debe a que hay cosas que tienen interés para nosotros y otras cosas que no lo tienen. El mayor o menor interés por las diferentes cosas de las que somos conscientes, en principio nos parece que depende de nuestras necesidades y deseos, pero la mayor parte de nuestras necesidades y deseos dependen de nuestro nivel de conciencia, y también depende de nuestro nivel de conciencia la forma de relacionarnos con todas nuestras nuestras necesidades y deseos, y de ese nivel de conciencia en realidad sabemos poco, al menos de manera consciente.
Nos creemos seres separados de lo que nos rodea, fuertemente individuales, distintos, especiales, e incluso superiores, y esto contrasta con el proceso de la receptividad, y esto contrasta con el hecho de que en realidad somos como gotas de agua, que junto a otras gotas de agua, forman parte de un océano. Por eso, en vez de aferrarnos tanto a nuestra individualidad, a nuestras creencias, a nuestras emociones, más valdría que nos dedicáramos más a observar lo que realmente pasa en nuestro interior, y tambié a relacionarlo con lo que pasa fuera de nuestra piel, para que así podamos ser conscientes de que más que individuos somo partes de un océano, de un todo armónico que tiene su propio ritmo, y que nosotros, con nuestra individualidad, con nuestras creencias y emociones, sólo somos parte del ritmo natural de ese todo armónico, partes del Tao y de su ritmo.
Vernos como ahora nos vemos ha hecho que la sociedad y nuestras vidas individuales sean lo que son. Vernos como lo que realmente somos nos ofrece posibilidades reales de que podamos vivir de acuerdo con lo que realmente somos en vez de vivir una vida de ilusiones y de luchas por conseguir algo que, o bien no lo conseguimos, o cuando creemos haberlo conseguido, pronto nos deja insatisfechos y con una alta factura en dolor y sufrimiento.
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